Perdida en la inmensa oscuridad del tiempo, que se vuelve eterno en la quietud.
Silencio, silencio maldito que lo llena todo.
Oscura noche que se cierne sobre el frío mar de
lágrimas que arropa el alba de un sombrío amanecer.
Fuegos fatuos que se alejan, se adentran en la espesa maleza
del bosque negro para desaparecer.
Allí, donde aúllan los lobos de la soledad
maldita a una luna de sangre que llena el cielo vacío.
Solo oscuridad a tu alrededor, maldita oscuridad que te mata
por dentro y te hace libre al mismo tiempo.
Lagrimas, frías lagrimas cristalinas, que reflejan en
destellos la Luz de Luna.
Son la única luz que alumbra tu camino en la
noche eterna, donde tus pasos perdidos te guían por un sendero
olvidado que tan solo llegaran al abismo, al que sientes caer sin fin.
Tus alas rotas no volverán a levantar el vuelo,
las frías lágrimas que se ahogan en tu garganta brotaran una
noche mas... andas sin rumbo rodeada por las criaturas de la
noche, vagando junto a ellas hasta el fin de los días.
Perdida en la inmensa oscuridad del tiempo
Lucía Carrère