¿Que pasa cuando la realidad y la ficción parecen una sola?,
Cuando no sabemos diferenciarla en nuestra vida diaria… Y de aquellos sueños en
los que ya no puedes ver la diferencia entre el despertar y seguir soñando....
¿es quizás locura?
Hay un sueño que se repite en mi mente noche tras noche, en
ocasiones despierto y la sensación de realidad es tal que debo lavarme la cara
con agua fría para convencerme de que todo ha sido una ilusión, que no es real
lo que acabo de vivir en mis sueños.
Es un sueño extraño y desolador, ando descalza por calles
vacías y oscuras, a lo lejos tan solo el rojizo del atardecer ilumina mis
pasos, es una luz que casi ciega mis ojos. Nadie más recorre aquellas calles,
las casas parecen vacías, antiguas de piedra negra, en ruinas. Camino
lentamente por aquel insólito lugar, como si no lo hubiese visto nunca y aun
así me parece familiar, todo esta en silencio, no hay viento, no hay nada ni
nadie. Todo comienza a oscurecerse, la tenue luz rojiza que iluminaba mis
pasos, poco a poco se pierde en el horizonte. Comienzo a caminar casi a oscuras
por calles más estrechas, siento un extraño frío que me recorre, de pronto
escucho unos pasos, alguien me sigue, tengo miedo, comienzo a correr de una
manera desesperada y muy torpe, me caigo, me tropiezo una y otra vez, mis pies
descalzos sienten el frío de las piedras. La calle comienza a ensancharse, al
fondo veo una tenue luz blanquecina, que me llama, que me hace ir hacia ella,
al llegar resulta ser una fuente de aguas cristalinas.
Me quedo mirándola fijamente, como hipnótica, veo las aguas
moverse, el brillo de las ondas parece tranquilizarme, pero de repente comienzo
a ver una sombra en el fondo de la fuente, se mueve lentamente de un lado a
otro, parece seguir el ritmo del agua. Aquella sombra poco a poco aumenta y
comienza a cobrar una extraña forma, esa criatura me asusta, sus ojos tienen
una expresión temible y una extraña y diabólica sonrisa se dibuja en ella, no
tiene una forma definida. Aquellos ojos hacen que no pueda dejar de mirarla, me
atraen, me siento perdida en la inmensidad de una oscuridad, es como si pudiera
entrar en mi mente, en mi alma. Muerta de miedo intento huir corriendo a través
de aquellas calles oscuras y solitarias, pero aquella sombra, me persigue y me
alcanza, se enrosca en mi cuerpo como una serpiente, siento el frío, sus ojos
se clavan en los míos y el terror me invade, siento como el aire escapa de mis
pulmones y no puedo respirar, intento gritar pidiendo ayuda, pero mi voz se
pierde y se ahoga en mi garganta.
Es entonces cuando despierto sobresaltada, agobiada y siento
esa misma falta de aire en mí, no puedo respirar, me ahogo. Miro a un lado y a
otro, no hay nada, tan solo mi habitación vacía, oscura, silenciosa, poco a
poco me tranquilizo. Voy al baño, necesito lavarme la cara, olvidar esa
horrible pesadilla que cada noche me persigue en sueños y hace que me mantenga
en una horrible duermevela.
El agua esta fría, cristalina, suena al caer por el desagüe,
aquel movimiento me recuerda a la fuente de mi sueño y me llena de horror, pero
nada es comparado con lo que siente al ver la imagen que se refleja en el
espejo. Allí esta de nuevo la sombra, la siento a mi espalda, clavándome esos
ojos profundos y vacíos, me persigue en sueños, se ha colado en mi mente, y ha
hecho que pierda la cordura.